Alba Guadalupe Yépez Moreno / Marcelo Remigio Castillo Bustos
© Fundación Internacional para Educación la Ciencia y la Tecnología, “FIECYT” 5
además, el referido enfoque es ampliamente utilizado en la rehabilitación psicopedagógica en
términos generales, a pesar que lamentablemente está limitado a la esfera motriz del ser
humano, téngase en cuenta que en su praxis, los profesionales que atienden casos de
dificultades de aprendizaje, se dedican al desarrollo de la motricidad fina, gruesa, la
direccionalidad, lateralidad, entre otras habilidades netamente motrices, sin tomar en cuenta
las otras áreas cognitivas como: atención, concentración, memoria, que pudieran estar
afectadas, teniendo en cuenta que al detectar dificultades de aprendizaje se debe poner énfasis
en las habilidades desarrolladas o poco desarrolladas que serían el punto de partida para su
recuperación, todo lo cual tiene estrecha relación con los antecedentes de los niños, niñas y
adolescentes.
No se desconoce que al abordar casos de dificultades de aprendizaje, el desarrollo de la
motricidad es necesario e incluso fundamental e imprescindible para algunas de las referidas
dificultades, como es en el caso de rasgos gráficos ilegibles o que estén dados por dificultades
viso-motoras, no obstante, la aplicación del enfoque perceptomotor para otras dificultades de
aprendizaje que tienen mínima o ninguna base en el componente motriz, es inapropiada, por
lo que ha recibido cuestionamientos desde distintas perspectivas, ya que a más de ello, aporta
limitada o mínimamente en la superación de las referidas dificultades.
Enfoque ecológico de las dificultades de aprendizaje
El enfoque ecológico se presenta como una opción, no aislada del ser humano y de su
condición humana como tal, el mismo, integra a cada uno de los contextos naturales en los
cuales se desenvuelven los niños, niñas y adolescentes, de tal manera que actúan en sus
aprendizajes, es decir, no se trata de hechos aislados. Esta situación ha entrado en amplios
debates la Psicología Evolutiva contemporánea, en el sentido que como señala
Bronfenbrenner (1991), “la ciencia de la conducta extraña de niños en situaciones extrañas con
adultos extraños durante los periodos de tiempo más breves posibles” (p. 38), lo cual, es una
clara representación de la percepción excluyente de aquellos que han sido afectados por algún
tipo de Necesidad Educativa Especial y son valorados como raros o extraños en función de
una aparente e inexistente normalidad.
Desde esa perspectiva, se destaca que los diferentes contextos en los que se desenvuelve
el estudiante en su formación inciden significativamente en la totalidad de su proceso de
desarrollo, de donde us procesos lecto-escritores no escapan, en tal sentido Bronfenbrenner
(1991) sostiene que “es posible que la capacidad del niño para aprender a leer en los primeros
cursos no dependa menos de como se le enseña que de la existencia y la naturaleza de los
lazos que unen la escuela y el hogar” (p. 23), como se puede notar, el referido autor está
vinculado directamente la presencia de dificultades de aprendizaje en los escolares, con los
modos o maneras de enseñar de los docentes, es decir, algunas dificultades de aprendizaje,
podrían tener su origen en el modo de enseñar que emplean los profesionales de la educación
y las relaciones e interrelaciones que se dan en el contexto, situación que debe tenerse en
cuenta en la formación socio-profesional docente.
Cabe señalar que desde la teoría objeto del presente análisis, se está proponiendo que la
intervención psicopedagógica debe realizarse considerando la especificidad del contexto
social-escolar y familiar, debido a que las interrelaciones que se dan en estos espacios inscriben
en el niño, niña y/o adolescente determinadas maneras de ser, pensar y actuar, que conllevan
a un proceso de transformación progresiva. Es decir, existe una relación directa entre el
contexto y el desarrollo de las personas, lo cual, tiene base en planteamientos ampliamente
sustentados por diversos autores e investigadores contemporáneos.
Desde el referido enfoque, se propone cuatro niveles estratégicos contextuales: el
microsistema que considera los roles y las actividades propias del individuo en su entorno
inmediato con sus singulares características, el mesosistema que se refiere a las interrelaciones